jueves, 15 de septiembre de 2011

Jueves 9 08:00 (siento los km. acumulados)

Después de dar unas cuantas vueltas por la cama y habiéndome despertado a las 06:30 decido levantarme. Hora 07:00, preparo mi desayuno. Algunas almendras; una taza de café, unas cucharadas de polen y una banana.
Enciendo la notebook, leo los diarios de mi país y de buena parte del mundo, contesto algunos mensajes electrónicos y mi cabeza comienza a funcionar. Ir o no ir; 11°, luz primaveral pero no calor.

Pienso en algunos datos objetivos que sólo me están aportando los entrenamientos, pero no las competiciones previas porque he empezado muy tarde a emtrenar y he decidido sólo entrenar para el maratón del 9 de octubre.

Pienso en la temperatura. A las 07:30 (hora de largada) habrá más o menos la misma temperatura con la cual entrené los últimos dos meses.
Pienso en que esta vez no correré con el equipo habitual; lo haré solo.
Pienso en la capacidad individual de sufrimiento y creo que la he entrenado.
Pienso en que el cuerpo se niega a moverse y siento que cualquier otra cosa que pudiera estar haciendo en ese momento sería más agradable que salir a entrenar. Pese a todo, salgo.

Hasta los primeros 15' (tal vez el 1°km. o 1,5k, contando cruce de calles, esperas en semáforos, etc) el cuerpo protesta; hoy no quiere salir. A partir de los subsiguientes minutos, ya se deja llevar porque sabe que hoy hay que correr al menos 19/20k.

Entrenar bajo circunstancias agradables parece más fácil pero requiere un cierto grado de motivación. Llevar a cabo un plan de entrenamiento en el que se incluyan situaciones menos agradables requiere, sin embargo, un grado de motivación muy alto, que puede establecer la diferencia entre quienes salen a entrenar de vez en cuando y quienes siguen un plan de entrenamiento más "serio". Yo creo estar de este lado. En 15 días que van dedel mes de septiembre, he rodado ya 140k.

La motivación no cae y esto me ha llevado a pensar que es una de las variables esenciales de cara a mi rendimiento. Que espero pueda manifestarlo en el maratón; ya que, aunque son las piernas del corredor las que se mueven, es la voluntad de mi cerebro la que las empuja a moverse.

Si la motivación incrementa mi compromiso, debo pensar que cuanto más motivado esté mejor disposición tendré para entrenar, cuidar mi alimentación y realizar todo lo que supongo requiere mi preparación. Tengo -sin embargo- que controlar, no obstante, que no ocurra que una motivación excesiva me empuje a sobrepasar los límites de lo que es adecuado; necesito "explotar" el 9.

Ruedo 19/20k en 1 h. 40'. Mañana descansaré y el sábado o domingo trataré de "tirar" 27k. de manera de comenzar a sentir ya la sensación de estar 3 horas en actividad.

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La única manera de conocer los límites de lo posible en uno es aventurarse un poco más allá de ellos, hacia lo que a veces parece imposible. Actuar sin temores o quedarme paralizado dejando pasar de largo "valiosas" oportunidades. Valoro mis cualidades, mis logros y capacidades, y fomento cualidades positivas. Analizo mis límites, intento superarlos o aceptarlos si no es posible. De esto se tratan mis historias.

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