martes, 19 de octubre de 2010

Aconcagua (Departamento de San Telmo - Buenos Aires) 2009 I

Entrenamiento con la mochila cargada, esto es agonística!, 14 kilos, durante 12 kilómetros, con subidas y bajadas.., me duelen las piernas, las plantas de los pies, pero el humor está bien. Ya no queda nada.., ya estoy casi en el Destacamento de Guardaparques Horcones.


Hoy los medios de Argentina se hacen eco de la primera muerte que se cobró el Aconcagua, un tailandés-norteamericano de 39 años que perdió el camino de descenso y apareció muerto en el Glaciar de los Polacos. Leo con atención la noticia, y mi padre preocupado me llama; no sé qué decirle.., esgrimo cualquier respuesta. Pienso para mí, lo difícil que es mantener la serenidad en estos momentos, lo difícil que es borrar de la mente esta noticia.




Algunos días más tarde, escucho que rescataron a dos andinistas brasileros en el parque Aconcagua, que la Patrulla de Rescate debió subir de manera urgente en busca de dos personas que habían intentado hacer cumbre en el coloso. Estaban a 6.000 metros de altura, deshidratados. Comenzaron a bajarlos en la mañana y llegaron a la tarde a Plaza de Mulas, donde fueron atendidos y compensados.

Parece que los brasileños hicieron un intento de cumbre en la tarde y luego comenzaron el descenso, hasta que llegaron a Piedras Blancas, a 6.000 metros de altura sobre el nivel del mar. Estaban mal, algo desorientados porque ambos tenían cefalea aguda y uno de ellos muy deshidratado. Una pareja de estadounidenses que tenía un teléfono satelital y que se habían cruzado, llamó a Buenos Aires a una empresa de emergencias médicas para pedir ayuda, y la médica se comunicó con la comisaría de Uspallata desde donde le informan la novedad a la Patrulla de Rescate que estaba en Plaza de Mulas.

Una vez leí una reflexión de Iñaki Ochoa de Olza, decir que “algunos -generalmente con sobrepeso- señalan a los montañeros cuando salen por la tele tras alguna tragedia, dicen "están locos". Lo dicen y lo creen. Son incapaces de analizar su propia existencia, de comprender que la decisión valiente es vivir en libertad, de forma austera y alejados de las tiranías impuestas por nuestra forma de vida. Sin duda no esperamos que lo comprendan. Pero si me cruzo con alguno de esos mamones que opinan así en voz alta, me va a oír. Y tenía razón..y los montañistas somos gente poco dada a amilanarse, a veces creo que se nos podría calificar de tozudos.

Es probable que muchos crean que regresan a casa con las manos vacías. Pero me animo a pensar que no es así en absoluto. Para algunos montañistas no hay nada que demostrar, el haberlo intentado es la parte esencial de la forma de entender la montaña. Para mí el montañismo es, como dijo Thomson?, el arte de hacer más con menos, es decir defender que el éxito es el camino y no la cima, la pureza en el juego, la dificultad y el riesgo, innovar y querer estar sólo, algo que, en los nuevos tiempos, son valores más bien escasos.

Volver en silencio y disgustado -por decirlo suavemente- aunque no triste porque perder forma parte del juego, arriesgado y complejo, que hemos decidido jugar. Y además porque la diferencia entre un fracasado y un derrotado es que el primero ni siquiera lo intenta. Así que estoy seguro de que volverán a escalar lo más difícil, sin preocuparles hacerlo en la sombra.. pienso por ahí las palabras de Walter Bonatti “un vincitore è solo un uomo che non ha mai smesso di sognare”.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Estaria buenisimo hacer una travesia asi!! Yo ahora estoy en uno de los apartamentos en buenos aires viviendo con unos amigos. Les voy a proponer hacer algo asi, debe estar genial!

La única manera de conocer los límites de lo posible en uno es aventurarse un poco más allá de ellos, hacia lo que a veces parece imposible. Actuar sin temores o quedarme paralizado dejando pasar de largo "valiosas" oportunidades. Valoro mis cualidades, mis logros y capacidades, y fomento cualidades positivas. Analizo mis límites, intento superarlos o aceptarlos si no es posible. De esto se tratan mis historias.

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