La única manera de conocer los límites de lo posible en uno es aventurarse un poco más allá de ellos, hacia lo que a veces parece imposible. Actuar sin temores o quedarme paralizado dejando pasar de largo "valiosas" oportunidades. Valoro mis cualidades, mis logros y capacidades, y fomento cualidades positivas. Analizo mis límites, intento superarlos o aceptarlos si no es posible. De esto se tratan mis historias.
martes, 6 de septiembre de 2011
Martes 6; 07:30
Salgo rumbo a la Reserva Costanera Sur de Buenos Aires de manera tal de estar en la puerta a las 08:00 (antes no abren)
Hoy he salido sin bebida isotónica ni gel con carbohidrato; me preparo para correr 21k mínimo (otra vez)
Rápidamente empiezo a sentir cansancio; experimento lo mismo que en el maratón; en la etapa de transición. (del 24k al 32k aprox.)
Uno puede decir -o yo mismo- que es en este momento, cuando comienza el Maratón: hasta ahora, la euforia de la largada, en primer lugar, y nuestro perfecto estado físico, posteriormente, no nos han permitido captar la verdadera dureza de la prueba; pero, a partir de este momento, una vez que ya comenzamos a sentir el peso de la carrera (las piernas empiezan a sentirse cansadas, ya no da gusto seguir corriendo) y esto me está pasando ahora. Pero tal como cuando entreno para la montaña supongo que estoy en ese punto que se llama agonística. Es cuando vamos a empezar a sufrir física y mentalmente; pero uno debe continuar.
Ya sé que el verdadero sufrimiento psicológico está aún por llegar y será exactamente eol 9 de octubre; en ese momento; un poco como hoy, empezarán a generarse pensamientos que, más tarde, cuando físicamente estemos muy cansados, van a pasearse una y otra vez por nuestra cabeza de manera continuada, provocando, si no estamos preparados, unos efectos devastadores y por eso hoy sigo..
Durante este período de tiempo es cuando uno empieza a preguntarse si va a llegar; es cuando empezamos a fijarnos, no en el camino que llevamos recorrido, sino en el que nos queda por recorrer; es cuando, en definitiva, empezamos a angustiarnos y hasta decaernos, porque ya lo único que queremos es "¡TERMINAR de una buena vez!".
Es, desde mi punto de vista -y desde mi experiencia- el más importante momento, ya que, si durante este momento de tiempo logramos controlar nuestros pensamientos y analizamos objetivamente todo lo que le ocurre a nuestro organismo, posteriormente (cuando las sensaciones físicas sean más desagradables), podré afrontar mi agotamiento en mejores condiciones. Por eso decido seguir aunque a los 14k hubiera querido parar y volverme a casa!.
Ya sé con certeza que durante estos kilómetros, van a empezar a dolerme las piernas, mi ritmo va a ser más cansino, las ganas de correr van a empezar a desaparecer y mi mente ya no va a estar tan despejada.
Ahora es cuando deben empezar a aflorar los pensamientos positivos que he preparado para este momento. En este aspecto hay una cosa clara, si antes del maratón, me ha pasado alguna vez y he podido preveer este cansancio, cuando llegue, voy a afrontarlo con verdaderas garantías, ya que mi cabeza dirá "esto ya me lo esperaba", "es normal este dolor, llevo muchos kilómetros corriendo", "forma parte de la carrera", etc., y no las que normalmente aparecen cuando uno no está preparado ("me duelen las piernas", "no me quedan fuerzas", "estoy muy cansado y todavía me quedan muchos kilómetros", "no voy a llegar", etc.). La diferencia entre unos pensamientos y otros es tal, que, si en este tramo aplicamos los primeros, nuestro sufrimiento final va a ser mucho menor (incluso puede ser inexistente) y se va a limitar, exclusivamente, a nuestro dolor físico (que, por cierto, no es poco).
La única manera de conocer los límites de lo posible en uno es aventurarse un poco más allá de ellos, hacia lo que a veces parece imposible. Actuar sin temores o quedarme paralizado dejando pasar de largo "valiosas" oportunidades. Valoro mis cualidades, mis logros y capacidades, y fomento cualidades positivas. Analizo mis límites, intento superarlos o aceptarlos si no es posible. De esto se tratan mis historias.
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