martes, 27 de septiembre de 2011

Comienza la descarga

de a poco tengo que ir descargando los kilómetros (re) corridos. En lo que va del mes (27 días) sumo 200k.; nada mal; aunque lejos de los 240k que supe hacer otros años. Creo que también son sin calidad, son sólo kilómetros.. es como si hubiera llevado a la práctica los escritos de Haruki Murakami en "De qué hablo cuando hablo de correr"

Escribir es una "labor física". Dice: "pensamos con todo el cuerpo". El sudor se hace aquí espiritual, psicológico, culto, temperatura estilística.
y sigue.. "Soy de los que, a base de someter el propio cuerpo a cargas reales y de hacer que los músculos se quejen (a veces con grandes alaridos), van consiguiendo que suba de veras la aguja del indicador de su grado de comprensión hasta que, por fin, quedan satisfechos". Siempre describiendo esa perfecta sensación de "nuestra" soledad; de la soledad del corredor de fondo. Aplicando esa figura de la personificación en los propios órganos, que dan alaridos: "¿Cuándo fue la última vez que pensé en serio en mis rodillas? Al hacerme esta pregunta, sentí que les debía una disculpa a ambas."

Hoy apenas rodé 10k, pero me sentí pleno, de buen humor.
A veces el cuerpo queda hecho artificio, aparato, y se identifica con uno sin fisuras, ni desdoblamiento. A veces, somos nuestro cuerpo (rodillas incluidas). "No soy humano. Soy una pura máquina. Y, como tal, no tengo que sentir nada. Simplemente, avanzo". Así fue como este mes he corrido 200k..

Murakami es audaz, habla de su físico como si hablase del mundo entero: "Me concentro en mi cuerpo para que no se me escape ningún sonido, ninguna escena, y para no perder el rumbo". Spinoza decía: "aún no sabemos lo que puede un cuerpo".

El dualismo también se rompe cuando el ejercicio físico termina siendo ejercicio espiritual: No será este mi caso pero Murakami dice: "De todas las cosas que comportó para mí la experiencia de la ultramaratón, la más significativa no fue de carácter físico, sino espiritual". "El acto de correr se hallaba ya en un ámbito que rozaba casi lo metafísico. Primero estaba el acto de correr y luego, como algo inherente a él, mi existencia. Corro, luego existo".

No hay comentarios:

La única manera de conocer los límites de lo posible en uno es aventurarse un poco más allá de ellos, hacia lo que a veces parece imposible. Actuar sin temores o quedarme paralizado dejando pasar de largo "valiosas" oportunidades. Valoro mis cualidades, mis logros y capacidades, y fomento cualidades positivas. Analizo mis límites, intento superarlos o aceptarlos si no es posible. De esto se tratan mis historias.

Seguidores