La única manera de conocer los límites de lo posible en uno es aventurarse un poco más allá de ellos, hacia lo que a veces parece imposible. Actuar sin temores o quedarme paralizado dejando pasar de largo "valiosas" oportunidades. Valoro mis cualidades, mis logros y capacidades, y fomento cualidades positivas. Analizo mis límites, intento superarlos o aceptarlos si no es posible. De esto se tratan mis historias.
miércoles, 11 de septiembre de 2013
Las endorfinas otra vez aparecen, aunque creo que esta vez se trata de un nuevo proyecto, que vendrá después de los 42.195 de octubre. Mi cabeza vuela.., no tanto como mi cuerpo y piernas pero ya empiezo a ver que -aunque difícil- voy a recorrer las calles de Buenos Aires.
A medida que entreno más y me voy adaptando a las cargas, libero más endorfinas y me siento mejor.
De a poco voy encontrando cierta regularidad y las sensaciones de júbilo o éxtasis pasajero eliminan todo cansancio y hace que desaparezcan los dolores.
A penas tres días de la semana y ya 30 km. rodados!
La única manera de conocer los límites de lo posible en uno es aventurarse un poco más allá de ellos, hacia lo que a veces parece imposible. Actuar sin temores o quedarme paralizado dejando pasar de largo "valiosas" oportunidades. Valoro mis cualidades, mis logros y capacidades, y fomento cualidades positivas. Analizo mis límites, intento superarlos o aceptarlos si no es posible. De esto se tratan mis historias.
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