las respuestas más fáciles que me vienen a la cabeza son dos.., por un lado lo que dijo en su momento y que también me ha guiado siempre en esta actividad; el monumental George Mallory ! "Porque están ahí". Cómo no hacerlo ante tamaña belleza natural, salvaje y primigenia, a todos supongo nos surge el inevitable deseo de escalarlas, todos tenemos esa curiosidad insaciable que caracteriza a la raza humana y que ha impulsado al hombre a surcar mares, perderse en selvas y llanuras, y como no, escalar montañas.
Algunos me recordarán al gran Lionel Terray que también dijo alguna vez, ".. la montaña quizá no sea más que un ingrato desierto de roca y hielo, sin otro valor que el que nosotros queramos otorgarle. Pero, sobre esta materia siempre virgen, por la fuerza creadora del espíritu cada uno puede a su gusto moldear la imagen del ideal que persigue.." Por eso en muchas ocasiones a mi también me resulta dificil explicar qué siento exactamente en lo profundo del alma, qué me impulsa a pasar frío, dificultades e incluso a arriesgar la vida de manera más o menos inconsciente... y nunca tengo un respuesta satisfactoria para mi circunstancial demandante.
En alta montaña uno admira la belleza en estado puro y salvaje. Pero lo impresionante es que uno participa en la naturaleza con lo que tiene y por un breve espacio de tiempo siento sensaciones indescriptibles. En alta montaña muchas veces además he encontrado además de la magnificencia de la naturaleza, la amistad; la fraternidad, emociones sinceras, pureza y una paz sin igual.
Al igual que en las montañas.., vivo la vida pensando en cómo hacer del lugar que vivo un lugar menos injusto; y cuando considero que una situación no me gusta, quiero cambiarla; nunca me conformo y me resigno a pensar que nunca cambiará y lucho por cambiarla.
1 comentario:
que razon, sin duda!
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